Ir al contenido principal

2001: una odisea espacial, o sobre la rebelión de Adán.


La obra cinematográficas más misteriosa e inquietante de la historia del cine. Un film que trata sobre el ser humano frente a lo inefable.


Ficha técnica de '2001: una odisea espacial'

-País: Reino Unido, EE.UU.

-Año: 1968

-Género: Ciencia-ficción

-Dirección y producción : Stanley Kubrick

-Guión: Stanley Kubrick, Arthur C. Clarke







Una interpretación filosófica verosímil

En una ocasión escuché a Carlos Pumares, conocido crítico español de cine que se recicló profesionalmente durante una temporada como colaborador del programa de variedades Crónicas marcianas, decir, entre alaridos, que el famoso monolito del film 2001: una odisea espacial representaba a Dios. Los contertulios le habían interrogado sobre el significado de tan extraño símbolo y él, ofendido por lo que debió considerar una prueba de la ignorancia de los presentes, se dispuso a regalar al mundo un pedacito de sabiduría.


La aseveración de Pumares me llamó la atención, y aunque tardaría todavía años en degustar esta, la más ambiciosa y trascendente obra de Kubrick, fui capaz de recordarla y someterla a prueba. Busqué en el afamado monolito en particular y en todo el film en general, la huella de Dios, sin demasiado éxito. Posteriormente, decidí acudir a la novela homónima de Arthur C. Clarke, en la cual se basó la película de Kubrick —en realidad, Clarke unió varios de sus relatos y les dio forma de novela para la realización de la película—, si obtener resultados distintos. Debo decir que la comparación de la novela y el film me resultó mucho más interesante de lo que habría podido imaginar. Podríamos dividir la obra cinematográfica en dos partes bien distintas. La primera parte versa sobre la trágica lucha entre el ser humano y la máquina, en lo que podríamos considerar como la representación de la dialéctica del amo y el esclavo. La herramienta, elevada al rango de Inteligencia Artificial, se rebela contra su creador. El HALL 9000, ordenador que controla la misión espacial de esta odisea, trata de deshacerse de su tripulación, algo que habría logrado de no ser por la obstinación humana —el personaje de David Bowman es el único superviviente—. En la novela se insinúa que HALL se vuelve paranoico por el hecho de que ha recibido órdenes de ocultar el verdadero objetivo de una misión a una tripulación que cree que su cometido se limita a arrojar sondas y hacer mediciones en los grandes planetas del sistema solar. Esa ambigüedad, ese doblepensar implícito a toda mentira, es demasiado humano para ser soportado por una máquina inteligente y perfecta. La mentira trastorna al pobre HALL, y le hace desarrollar un comportamiento neurótico y paranoide.
Esta primera parte toca un tema —el de la racionalidad instrumental, esa razón técnica que permite al ser humano adaptarse al medio, hacer que el medio se adapte a él, ejercer el dominio sobre la naturaleza y los demás, y que mal gestionada pone en peligro la propia supervivencia de la especie humana a largo plazo— que desgraciadamente tendré que dejar apartado para centrarme en la segunda parte de la película. En ella se muestra el viaje suicida hacia los abismos misteriosos del espacio en busca de un “otro”, una alteridad alienígena. Esta es la parte en la cual Kubrick se toma tantas licencias en la interpretación de la novela de Clarke que llega a alterar, a mi juicio, el sentido de toda la obra en su conjunto. Según el argumento tanto de la novela como del film, una raza alienígena construyó el monolito, lo envió para observar a los ancestros homínidos de la humanidad y luego lo enterró en la Luna a la espera de que el ser humano alcanzara el grado de tecnificación suficiente para descubrir el señuelo. Si este era el significado literal del monolito, es decir, una especie de cacharro alienígena que hace las veces tanto de aparato de investigación científica como de embajador en planetas ajenos, no veía yo cómo podía, al mismo tiempo, simbolizar a la figura de Dios. Tras haber leído la novela de Clarke, decidí realizar un segundo visionado de la película de Kubrick y, esta vez sí, encontré la estela de Dios en la opaca e inmutable superficie del monolito, solo que el lugar que este símbolo ocupa en la obra de Kubrick es, a mi parecer, bastante más modesto de lo que cabría esperar atendiendo a la exclamación de Pumares.

Se ha interpretado, en numerosas ocasiones, que el mensaje de la película es místico, religioso, espiritual o, al menos, que hace referencia a la transcendencia metafísica o a la inmortalidad. Lo que Clarke refleja en la novela es que los extraterrestres constructores del monolito propulsan a Bowman a un estadio superior, convirtiéndolo en espíritu puro, omnipotente y omnisciente —representado por el feto que aparece flotando en espacio—. Da igual que se trate de alienígenas, esta interpretación es acorde con la afirmación de Pumares por el simple hecho de que se está apelando a una fuerza transcendente que proporciona la salvación del ser humano más allá de la existencia material del cuerpo perecedero. Desde mi punto de vista, no pretendo defender que el film esté desprovisto de elementos místicos o metafísicos, pero sí creo poder defender que existen otro tipo de elementos o símbolos más relevantes. Cuando Bowman es arrojado a través del Stargate, contemplamos una escena lisérgica de un mundo no-humano que nos traslada a una casa, la de Bowman. En la novela de Clarke, la estancia era en realidad una reproducción de la inteligencia extraterrestre para hacer más cálida la metamorfosis del protagonista en un ser superior. En Kubrick, creo que tenemos buenas razones para pensar que se nos está trasladando a una escena subjetiva. Además, en la casa, Bowman asiste a diversas fases de su vida, la vejez y la muerte. Creo que esta alegoría significa algo así como que “toda odisea es una odisea interior cuya última frontera es la muerte”. Cuando Bowman está en su lecho, postrado a espera de la Parca, levanta su dedo hacia el monolito, que aparece ante él con toda su inmutabilidad inefable. Creo que esta escena, junto con la del feto ingrávido representa en realidad el “adanismo”, si tenemos en cuenta que la escena del lecho es una curiosa reinterpretación del fresco “La creación de Adan” de la Capilla Sixtina, donde el lugar de Dios lo ocupa el monolito y el de Adán David Bowman.
El adanismo hace referencia a un nuevo comienzo para la humanidad, ante la cual se abre un nuevo horizonte a la búsqueda, al conocimiento y al reencuentro más que probable con “Otro”, seguramente un otro ético no humano. David Bowman es el Adán de una nueva era, el primer “hijo de las estrellas”, y el monolito ocupa el lugar de Dios por el mero hecho de que es la “causa” de la transformación del protagonista al igual que Dios era la “causa” de Adán. Dios es instrumentalizado
en pos de la metáfora. El hombre está por encima de la divinidad en esta alegoría.

Kubrick llegó a decir, consciente de huella que dejaría su película: “Son libres de especular acerca del significado filosófico y alegórico de 2001”, y eso es lo que he tratado de hacer desde mi humilde punto de vista, probable, falible, verosímil, como casi todo. Cuando Napoleón interrogó a Laplace sobre su nuevo sistema referente a la mecánica celeste le dijo “Monsieur Laplace, Newton habló de Dios en su libro. Recorrí el vuestro y no lo he encontrado nombrado una sola vez”, a lo que Laplace contestó: “Sire, nunca he necesitado esa hipótesis”. Creo poder decir que yo tampoco la necesito para explicar la película de Kubrick.

Materiales

Si existe algún film que merece un espacio físico en el armario personal de un cinéfilo, es "2001: una odisea espacial". Si quieres hacerte con el DVD de 2001, ahora existen ofertas bastante atractivas.

Puedes hacerte, por ejemplo, con el DVD en Blu-ray, haciendo click sobre la imagen que encontrarás a continuación. 


Si prefieres una edición más clásica y económica (la que tengo yo), aquí te dejo el enlace.


También puedes conseguir el eBook de la novela de Arthur C. Clarke a muy buen precio.


Comentarios

  1. Brillante y excelente analisis filosofico del film. Este sitio es un Gloria!

    Mis felicitaciones!

    Saludos!

    Pablo Terrible

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus amables palabras, Pablo Terrible. Espero contar que sigas visitando este sitio y dejando los comentarios que consideres oportunos.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Lo cierto es que siempre rehuí de 2001, por su extensisima duración y su estructura irregular. Pero recientemente la revisé... y hay que decir que si se ve sin prisas y abandonándose a la poesía que destila la obra, su visionado es muy grato.

    Más aun acompañado de análisis como este. Cuando leí el libro me sentí aliviado de conocer por fin el significado de las imágenes de Kubrick, pero tu analisis la ha situado a ese nivel que quizá yo no he sido capaz de alcanzar por mi mismo. Enhorabuena y gracias.

    Puedes, en mi blog, leer mi crítica de ambas obras, literaria y cinematografica.

    http://copiazero.blogspot.com/2011/06/2001-una-odisea-del-espacio-1968.html

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Encasillado en el contexto de intentar dar a entender al monolito (si ni me equivoco eran varios y no uno solo) como un símbolo en representación de dios creo si es la explicación que se pueda entender la que has dado.

    Otras menos "icónicas" se pueden decir; pero bien dices ya al final que no necesitas de esa hipótesis para dilucidar el mensaje de Kubrick. Me hubiera gustado mas que así lo hubieras dispuesto a ello, pero bueno, igualmente gran articulo como todos.

    Un saludo.

    Frederic Heinz A.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Frederic. Touché! Es cierto que para no necesitar la hipótesis de Dios, baso el análisis del film en ella (o en su negación). Pero a fin de cuentas, este artículo nació de forma espontanea como reacción a las palabras de Carlos Pumares.

      Existe cierta tendencia en algunas personas, a identificar a Dios allá donde intuyen algo trascendental, inefable o sublime. Esto, si se piensa, es una forma de reduccionismo explicativo brutal. Quizá por esa razón este pequeño ensayo mío sobre 2001 es la crítica de una crítica, en lugar de un análisis del film en sí mismo.

      Saludos y gracias por tu comentario.

      Eliminar
  5. Excelente análisis, a mi parecer los monolitos eran un tipo de artefacto que representaba y daba pie a la evolucion.

    Saludos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Pi: fe en el caos

Ficha técnica de Pi: fe en el caos Director: Darren Aronofsky Año: 1998 País: EEUU Género: Thriller psicológico Argumento:   Max (Sean Gullette) es un matemático introvertido y con rasgos autistas que padece fuertes ataques de migrañas, durante los cuales padece alucinaciones. Enamorado de su vecina prostituta, la personalidad atormentada de Max desatiende sus carencias afectivas para centrase de forma obsesiva en su trabajo científico: la búsqueda de un modelo matemático que se esconde tras los valores de la bolsa. Los mercados brusátiles parecen regirse por un caos impredecible, la arbitrariedad y las "elecciones" de los agentes de la bolsa. Max, sin embargo, no cree en el azar . Trata de demostrar que el sistema de la bolsa, al igual que el sistema de la naturaleza, está sometido a un patrón numérico que se repite y que hace que las cosas se comporten como lo hacen. Su herramienta de trabajo es un complejo sistema informático, construido por Max, v

American Psycho: psicosis y capitalismo

American Psycho parece asociar  el dinero con la crueldad y la conducta psicópata con el capitalismo. Esta asociación, aunque pudiera parecernos gratuita, podría no serlo tanto.

La filosofía oculta en 'Matrix'

Por derecho propio, una de las grandes obras cinematográficas de la distopía y la ciencia ficción. Matrix es, además, un film que conecta con un amplio abanico de cuestiones filosóficas.